1. Presencia consciente
Estar verdaderamente en el momento con quien atendemos. Significa dejar de lado la prisa y la distracción para ofrecer atención plena, auténtica y significativa.
2. Reconocimiento mutuo
Cada encuentro de servicio es un espacio donde ambas partes se reconocen como personas, más allá de los roles. Reconocer al otro dignifica, fortalece la confianza y genera respeto.
3. Cuidado respetuoso
Atender implica cuidar, pero hacerlo desde el respeto. Se trata de brindar apoyo sin invadir, acompañar sin imponer, y sostener con empatía y dignidad.
4. Escucha profunda
No solo se trata de oír palabras, sino de comprender emociones, intenciones y silencios. La escucha profunda crea vínculos que van más allá de la transacción.